La dirección de fotografía en No es para tanto
Tres prototipos de cámara y un camarógrafo convertido en actor para el cortometraje, No es para tanto, de A.Kampmann.
NO ES PARA TANTO es la ópera prima del guionista, director y editor, A.Kampmann, un cortometraje que nos muestra la vida de un hombre atrapado en una espiral de dolor y negación.
El protagonista, Ángel se despierta, ya bebiendo, en su desastroso piso lidiando con las secuelas de su trágico accidente de tráfico, el recuerdo de la muerte de su hermana Eli y su divorcio. Cuando recibe la visita sorpresa de su hermano José, intenta dar las mejores apariencias posibles para seguir recibiendo el cheque de la pensión que le pasa su familia. Sin embargo, José trae unas noticias que nuestro protagonista no está dispuesto a aceptar.
Para mostrar este punto de vista único del protagonista de la cinta y la desesperación del mismo, A.Kampmann, junto con su director de fotografía, Hector Mingote, dan el paso y se adentran en unos de los recursos cinematográficos más complejos y menos explorados en la historia de cine, el plano subjetivo. Durante gran parte del cortometraje la cámara y el protagonista se fusionan convirtiéndose en un mismo ente para que la audiencia pueda meterse en la piel del personaje y vivir la historia a través de sus ojos.
El resultado es muy potente y estremecedor, pero… ¿cómo se consigue este efecto? Convertir la cámara en un personaje más de la historia no es una tarea fácil, para la cual se necesita una dedicada preparación del director, director de fotografía, equipo técnico, actores y, sobre todo, camarógrafo.
El técnico de cámara se convierte, aun más si cabe, en el elemento indispensable de la producción y del equipo artístico. Se convierte en un actor más que debe realizar una interpretación del personaje, al mismo tiempo que tiene que realizar los planos que finalmente veremos en la pantalla.
Para esta difícil tarea, A.Kampmann y Héctor Mingote confiaron en el camarógrafo, Edu Mato, con el que trabajaron anteriormente anteriores ficciones. Para este desafío, Edu Mato tuvo que utilizar su propio cuerpo para la interpretación, que debía estar totalmente coreografiada con el actor principal de la cinta, Luis Fernando Alvés, e interactuar con el actor de reparto, Joaquín Notario, además de con decenas de elementos del entorno del cortometraje.
Por ello A.Kampmann, Héctor Mingote y Edu Mato tuvieron que idear un sistema de grabación que dejará libres las manos y brazos al camarógrafo y que se sujetara y manejara íntegramente con la cabeza, recreando fielmente la visión humana.
Para conseguir un punto de vista tan excepcional, desarrollaron hasta tres prototipos de cámara basadas en las cámaras “Steadicam”, montadas sobre un casco desde el cual Mato podía controlar el movimiento, vigilar el plano e interpretar. El prototipo final, que se usó para la grabación del metraje, pesaba más de cinco kilos y exigió intensas jornadas de ensayo entre actores y camarógrafo para cuadrar la rigurosa coreografía de movimientos en plano secuencia a través del set de rodaje.
En esta entrevista, A.Kampmann relata como ideo estos planos desde la fase de escritura de guion. El director nos descubre como tenía muy claro desde el principio como se vería el resultado final y nos cuenta la divertida forma de experimentar con el plano desde su propia casa con su móvil.
De igual manera, Hector Mingote y Edu Mato nos cuentan cómo ha sido su experiencia y su preparación para esta curiosa y desafiante metodología de grabación. También nos muestran el curioso prototipo final de cámara que usaron para la grabación y como se veía en acción.
También conocemos la experiencia de los actores, Luis Fernando Álves y Joaquin Notario que nos descubren, a través de imágenes reales del rodaje, como fue trabajar mirando fijamente y dándole la réplica a una cámara mientras que su compañero les respondía desde fuera del set. Todo un desafío actoral al que se enfrentaban por primera vez en su amplia carrera profesional.